Luis Antonio nos ha embelesado con sus novelas eróticas, sus poemas en romance y sus juegos con los versos que en ocasiones parecen acertijos de enseñanzas de vida porque nos llevan a dar vueltas por un oleaje de emociones que ha logrado mezclar con el caribe y sus orígenes guerrerenses. Conocí a Luis Antonio si bien recuerdo, en el otoño del 2014. La primera vez que lo vi fue en una foto en un cartel colgado en la pared del departamento de ciencias económicas y administrativas de la Universidad de Quintana Roo. Me encontraba esperando a un profesor a quien por cierto hoy le agradezco que no haya aparecido; porque durante ese par de horas que estuve sentada en la sala de espera fue tiempo suficiente para prestar atención a los detalles que se mencionaban en el cartel: “La noche del jaguar, poesía erótica. Luis Antonio González Silva, poeta y escritor” No había visto nada parecido en la zona, me atrapó.
Era la primera vez que tenía un acercamiento con un escritor y resultó ser una de las pláticas más enigmáticas que he tenido. Surgieron muchas cosas de esa tarde que se hizo noche. Desde entonces he.
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